¿Amigos, contra viento y marea?
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Con tantas experiencias compartidas, los padres y sus hijos adultos pueden estancarse en problemáticos patrones de interacción. Es fácil dejar pasar las cosas o permitir que crezcan las barreras, pero mientras más tiempo dejemos que pase , más difícil será cambiar.
Ya sea usted el padre o el hijo, el progreso es posible sin explosiones o grandes riesgos emocionales. "Hasta un pequeño comienzo puede conducir a grandes cambios". Estos son algunos obstáculos comunes y sus soluciones:
- La intrusión. El padre que no comparte la decisión de su hija de hacer vegetarianos a sus nietos y les cocina hamburguesas cuando los cuida. O la madre que se la pasa diciéndole a su hijo cómo conseguir esposa. Muchos padres piensan que la paternidad es dar consejos, y que esto nunca cambia. los papeles de los padres se modifican cuando los hijos crecen y dejan de requerir cuidado constante; respete a sus hijos igual que un amigo.
- El alejamiento. La separación puede surgir de los sentimientos que el padre o el hijo adulto aún conservan de un divorcio, una adolescencia rebelde u otro asunto. Aunque las disculpas y las conversaciones sinceras son útiles a menudo, muchas personas las evitan por temor al rechazo; en su lugar intente escribir una nota sencilla o un correo electrónico sobre un recuerdo feliz o un interés común. Por ejemplo si su padre disfruta la cocina italiana, envíele una receta y dígale, "La ví y me acordé de ti". Su relación quizá necesite de otros arreglos, pero con este primer paso usted puede abrir la puerta a una nueva forma de entendimiento entre ambos.
- La competencia. Los padres piensan quizá que la vida es fácil para sus hijos, o envidian sus logros. Esto surge inconcientemente como una competencia; los hijos pueden disipar la envidia elogiando los triunfos de los padres.
Por último, trate de no estancarse en resolver los problemas, tambien es muy importante divertirse y disfrutar del maravilloso milagro de vivír, hacerlo juntos fortalece los lazos.
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