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sábado, 5 de abril de 2008

Las seis claves de la concentración productiva
por Edwin Kiester y Sally Valente Kiester
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Cuando oyó que alguien llamaba a la puerta de su oficina, Alma Triner alzó la vista y se percató sobresaltada, de que ya era de noche y ni siquiera había almorzado. Su jefe abrió la puerta, se asomó y le pregunto:
-¿Quiere que la lleve a la cena en mi auto?
Por unos instantes la mujer se desconcertó, pero luego recordó de que se trataba. Era vicepresidenta de una compañía consultora internacional de Cambridge, Massachusetts, y estaba invitada a una cena en honor de los altos ejecutivos de la empresa. Desde temprana hora había estado preparando una presentación para un cliente, y como las ideas y las palabras fluían con tanta facilidad, se había olvidado por completo de todo incluso de su compromiso.
"Estaba yo trabajando tan bien", recordó posteriormente. "Cada frase y cada concepto me parecían los mas atinados; casi no me daba cuenta de lo que estaba haciendo".
Alma Triner había entrado en su "zona", término que usan algunos deportistas para referirse al grado de extrema concentración en que se vuelven inmunes algunas distracciones.
Absorta en su tarea, Alma había hecho caso omiso del repiqueteo de los teléfonos del hambre y hasta del paso del tiempo. Y no solamente había producido un trabajo de gran calidad, sino que lo había hecho en menos tiempo del que le habrían dedicado muchos profesionales igualmente competentes.
La capacidad de enfocar por completo la atención en una tarea puede llevar al éxito en cualquier campo de actividad; en cambio la falta de concentración lleva al fracaso a quien parece tener el triunfo asegurado.
Es muy probable que usted haya experimentado esos frustantes periodos en que el cerebro se niega a funcionar. Quizá se haya sentado frente a la computadora y haya luchado en vano por encontrar las palabras mas adecuadas , o por analizar las cifras del presupuesto. Empero, también ha experimentado estados de gran concentración, en los que ha realizado un trabajo excelente en muy poco tiempo. ¿Cómo podemos entrar en nuestro estado mas productivo; nuestra propia "zona"?
He aquí seis claves que nos ofrecen los expertos en desempeño óptimo y funcionamiento cerebral en estado de concentración:
  • Practique mucho. ¿Puede decirse que la concentración propicia el desarrollo de la región del cerebro que usamos al hacer una actividad, así como los músculos se grandan y fortalecen con el ejercicio físico? Michael Posner, profesor de psicología de la Universidad de Oregon, recurrió a tomografías por emisión de positrones y a electroencefalogramas para rastrear la actividad cerebral de personas concentradas en ciertas tareas.Observó que la afluencia de sangre al cerebro y la actividad eléctrica de este aumentaban cuando los participantes realizaban las tareas por primera vez, pero conforme iban adquiriendo destreza dichas funciones disminuían. Posner considera que cuanto mas practicamos la concentración el cerebro necesita realizar menos actividad, y la habilidad mental que se perfecciona en un campo puede transferirse a otros. "La clave", afirma Louis Csoka, que enseñaba técnicas de concentración a futuros comandantes en la academia militar West Point, "es aprender a fltrar el ruido y las interferencias sean estas internas o externas". Por ejemplo si es usted amante del jazz practique poniendo música y escuchando solamente los sonidos que emite el saxofón, bloqueando todos los demás instrumentos o voces; si es aficionado al futbol, siga atentamente los movimientos que haga el defensa central derecho.
  • Vuelvase sistemático. Los días en que opera, Al Steunenberg, cirujano bucal radicado en California, se levanta siempre a la misma hora, conduce a su trabajo por la misma ruta y estaciona su vehículo en el mismo sitio. Una vez en el quirófano, se pone primero la camiseta quirúrgica, y luego el pantalón; se lava la mano derecha y después la izquierda, colocandose siempre en el mismo lugar junto al paciente. No lo hace por superstición. Al proceder así, el cirujano se concentra sistemáticamente en la tarea que tiene por delante. Cuando se dispone a operar, ya está completamente dentro de su "zona"."La conducta regida por el hábito nos ayuda a concentrarnos en la tarea que tenemos por delante; la actividad ritual afina la mente".
  • Invéntese retos. Hace un siglo, el Psicólogo William James declaró que los seres humanos utilizamos apenas una mínima parte de nuestro potencial. Muchas de las actividades se vuelven monótonas o tediosas, por lo que nuestro cerebro opera casi en vacío, en consecuencia cometemos errores por descuido o nos ciclamos en tareas fatigosas por no poder enfocar nuestra atención. Según Csikszentmihalyi, el estado de fluidéz perfecto se produce cuando nuestras capacidades estan a la altura de nuestros retos. La mejor manera de llevar a cabo una tarea aburrida pero sencilla consiste en volverla más difícil. Convierta usted las actividades tediosas en juegos que ofrezcan un reto, que lo obliguen a utilizar todo su potencial. Invente sus reglas, fijese metas, haga las cosas contra reloj; ese grado mas alto de dificultad lo irá metiendo paulatinamente en su "zona".
  • Hable consigo mismo. Pensar en voz alta nos permite concentrarnos en la tarea y reforzar los pasos que vamos dando, además de que nos ayuda a recordar lo que aún nos falta por hacer.Hablar con uno mismo aparta la mente de otros estímulos distractores esto se conoce como ruido blanco.
  • Olvidese de mañana. Se muere usted de ganas de ver la sonrisa de su jefe cuando le entregue ese impecable informe a tiempo, o tal vez no lo deje dormir la preocupación de que no le guste. "La inquietud por los resultados nos resta eficacia", cuando dejamos que nuestros pensamientos se desplazen al futuro nos salimos de nuestra "zona" y perdemos la concentracion. Leon Lett, atajador defensivo de los Vaqueros de Dallas, tuvo que aprender esto de la manera más dolorosa. El jugador no había conseguido hacer una anotación de seis puntos desde que tenía diez años, pero en el Supertazón de 1993 se le presentó la oportunidad cuando el mariscal de campo de los Bills de Bufalo soltó el balón a sus pies. Lett lo recogió y corrió a la línea de meta, a 64 yardas de distancia; nadie se interponía entre él y una anotación segura; cuando cruzo la yarda diez, extendió los brazos con el balón en una mano y no sé percató de que Don Beebe, receptor abierto de los Bills, le iba pisando los talones. En la yarda uno, Beebe se abalanzó sobre Lett y de un manotazo lo despojó del balón, acabando así con la actitud de triunfo de Lett. Concentrarse en lo que va a ocurrir y no en lo que está ocurriendo puede dar al traste con cualquier actividad. Para no salirse de su "zona", mantenga la atención en el aquí y el ahora.
  • Dése un respiro. Un breve descanso ayuda a rendir más en menos tiempo. Cuando el estrés ponga en peligro su concentración, respire profundamente y visualícese en un sitio apacible, o inclínese hacia adelante y deje colgar los brazos. La música tambien ayuda; compre discos de relajación o grabe aquellos sonidos que le den serenidad. Ya sin tensión, reanude la actividad, pero al terminar no emprenda de inmediato una tarea nueva. "Dese un respiro" y renuevese.

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